Se me antojó compartirles mi 'parcial' de filosofía. Porque me parece re interesante y quizá a alguien le agrada leerlo. Porque sí. Acá va:
Mi elección para el trabajo de filosofía fue Judith Butler, una filósofa
norteamericana post-estructuralista y feminista del siglo xx. Ella escribió el
libro “El Género en disputa. Feminismo y la subversión de la identidad” en 1990
y “Cuerpos que importan. El límite discursivo del sexo” en 1993, entre otros. Ambos
que menciono describen lo que hoy se conoce como Teoría Queer. Ésta apunta a cuestionar lo que nuestra cultura da
por supuesto, lo que asume como “lo normal” o “lo natural”. Así es que Butler
destaca la opción de desnaturalizar los conceptos de género, sexo y deseo, para
entenderlos como construcciones de un imaginario social.
Tomé la decisión de elegirla a
ella ya que abarca un tema que se conecta con la actualidad e involucra al
completo colectivo de la sociedad en una lucha contra la opresión del poder.
Desde un punto revolucionario, esta filósofa plantea la ‘performatividad’ de
género. Indicando que el mismo, lejos de ser una identidad fija, es cambiante y
se define a medida que se pone en acción, siendo víctima de un contexto
predefinido. Entonces construimos nuestra propia identidad de género en base a
una normatividad heterosexual y patriarcal que excluye, en gran medida, a
quienes viven, o intentan vivir, en la marginalidad sexual.
“Cualquiera que sea la libertad
por la que luchamos, debe ser una libertad basada en la igualdad”—Judith Butler.
En base a la teoría de género de
Butler, podemos decir que no todo lo que creemos que existe tiene que existir y
no tiene que existir lo que se cree que es verdad. La supuesta libertad de
elegir el género con que uno quiere vivir suele llegar a ser un engaño,
fácilmente extraído de un cuento de hadas danés. “El traje nuevo del emperador”,
escrito por Hans Christian Andersen explica cómo todo el mundo es capaz de
creer en una verdad que no existe. Esto se aplica en muchas situaciones, como
la de la misma identidad.
¿Qué es ser mujer? ¿Qué es ser
hombre? ¿Por qué ser argentino, católico, homosexual? Vivimos de un conjunto de
categorías, o etiquetas, que adquirimos para formar nuestra propia identidad.
Sin embargo nada de esto define realmente quiénes somos o cómo somos. Son
variaciones que adaptamos de la construcción cultural en la que nos movemos. Nos
movemos con la aspiración de poder cumplir con el modelo de sujeto universal
impuesto. Lo que no llegamos reparar es que tal objetivo es imposible y nadie
está exento de correr el riesgo de acabar perdido en el camino.
No se trata sólo de género sino
también de derechos humanos. Butler reflexiona sobre vivir en libertad,
alcanzar una vida que no nos someta. Una búsqueda, quizá, por liberar a las
personas de su sexo. Por esto se involucra el feminismo. Una doctrina social
muy incomprendida y tergiversada por muchos. Cabe destacar que se trata de una corriente de pensamiento que lucha por la
defensa de la igualdad de derechos y oportunidades entre ambos sexos. Sin
verdaderas intenciones de diferenciar mujeres de hombres y buscando incluir a
todos aquellos que desbordan el género normativo.
En conclusión, el tema en que se
sumerge la filosofía de Butler resulta en su totalidad complejo pero
interesante, ya que cuestiona el funcionamiento del sistema en que estamos
habituados a adaptarnos y vivir. ¿Qué
ocurriría si resulta haber más de lo que conocemos y nos enseñan? Existen
muchas llaves e innumerables puertas, sólo es cuestión de encontrar la forma
correcta de abrirlas. Quizá lo sea desde el cuestionamiento de lo que definimos
o no como “normal”.
“¡La vida no es la identidad! La
vida resiste a la idea de la identidad,
es necesario admitir la ambigüedad. […] No puedes saturar la vida con la
identidad”—Judith Butler.
Sofía M. Diaz
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