Actualización '10


Saludos a todos aquellos que me lean!
   Luego de una larga ausencia, no tan larga como anteriores, estoy aquí de vuelta. Esta vez con una remodelacion. Si, como me leen, y pueden ya ver, he hecho unos grandes cambios. Mi blog actualmente está más centrado en un estilo light donde colocar varios escritos o cosas por el estilo. 
   Aún así permanecen debajo de todos algunas cosillas que me gustaron demasiado, pueden seguirme, y todo lo encontraran descendiendo al pie de la página. También quiero aclararles que la imagen nueva es de Japón, algo realmente necesario de hacerles notar, ya que no es cualquier sitio...
   También les comento que las entradas anteriores se quedan, pero a partir de ahora comienza una nueva etapa! Cualquier queja se la mandan por correo al horóscopo de una revista... Y si tienen sugerencias no duden en compartirlas conmigo!
   Comenzamos este nuevo inicio con un mónologo que leí hace poco para realizar un trabajo práctico en la escuela. Y que me impactó tanto, me encantó, me fascinó, me dejó pensativa y maravillada. Lo más fantástico es el hecho de que ha sido escrito mas o menos rondando el año 1635, y aún así puede causar dudas en tantos siglos seguidos. Una idea que es cuestionada hasta hoy en día, realmente fantástico. Lo siguiente lo dice el personaje Segismundo:


Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

¿Acaso no es eso cierto? Quisiera comprender mis sueños, saber lo que soy, pero es tan complicado como intentar comprender a los famoso matemáticos que nos complicaron la existencia con sus despiadadas teorías y formulas... ¿Qué es la vida? Sino que otra cosa más que existencia de un soñador. Aspiro a  poder aprender de un maestro sueño, y llegar a saber aprovechar mejor las cosas... Tal como la dice la reflexión final del protagonista Segismundo. Que podrán leer a continuación:

¿Qué os admira? ¿Qué os espanta, 
si fue mi maestro un sueño, 
y estoy temiendo en mis ansias
que he de despertar y hallarme
otra vez en mi cerrada
prisión? Y cuando no sea, 
el soñarlo sólo basta; 
pues así llegué a saber
que toda la dicha humana, 
en fin, pasa como sueño. 
Y quiero hoy aprovecharla 
el tiempo que me durare, 
pidiendo de nuestras faltas
perdón, pues de pechos nobles
es tan propio el perdonarlas.

Se despide atentamente:
Jessica C. Black

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