Mirella. La historia de una chica y una estrella...



--> -->
Puede ser que inlcuso alguien como yo pueda llegar a considerar a la vida algo valioso. Un pequeño hilo de esperanza me hace creer que eso tan lejos de mi alcance es posible de obtener. Simplemente todo sería más llevadero si esa fina cuerda no se amarrara con demasiada fuerza sobre mi frágil corazón.

Desde que nací mi cuerpo demostró todos los sintomas posibles para que mi vida no pudiese tomar el camino normal. En el vientre de mi madre fui feliz, conocí el cariño de una mamá y un hermano. Mi llegada al mundo no fue muy bienvenida después de todo…

Mellizos. Podía oír claramente el grito del médico, los sollozos de mi hermano y la risa de mi madre. Parecía que la felicidad había llegado con aquel par de recien nacidos. Jamás me cansaría de oír aquellos sonidos tan familiares. Sólo con presionar el botón de reproducir podía volver en el tiempo, oír aquel mágico momento, pero no verlo…

-Melito y Mirella, los hijos de Marisol…-susurró una voz en el video.

En ese momento, en el que sonaba la voz de aquella persona,de aquel hombre, mis mejillas se humedecían y la enfermera detenía la reproducción. El único recuerdo que tenía de aquella familia era aquel viejo video que veía todos los días simplemente para llorar.

Una madre y un hermano que se olvidaron de mi con facilidad, un padre que falleció, aquellos seres que debían compartir una vida conmigo me habían abandonado. Y aún continuaba allí, respirando, sobre aquella camilla, oyendo aquellas voces en el televisor, soñando con personas sin rostros.

El médico me había prohibido estrictamente verlo, porque decía que bajaba mis defensas, me deprimía. Sin embargo aquella enfermera era mi confidente, una gran amiga, que nunca llegaría a ver. La muchacha de manos suaves y risa silenciosa era la única que no me dejaba. Entendía perfectamente que lo hacía porque era su trabajo. Mas me gustaba engañarme pensando que le interesaba…

Era inevitable, todos mis pensamientos eran deprimentes, mis defensas jamas subirían, mi cuerpo no se esforzaba por cooperar, y yo ya me había rendido. No podía matarme, me hacía falta el valor suficiente, pero podía torturarme mentalmente hasta no poder soportarlo por mas tiempo. Sin familia, sin fuerzas, sin visión, mi vida no tenía sentido…

Un alma sin retorno aparente, un cuerpo sin oportunidades, yo no había escogido aquello. Ni siquiera había elegido aquel horroroso nombre que me recordaba la ausencia de todo. Mirella, la chica que no ve, la chica sin familia, la chica sin futuro. Así debería conocerme todo el mundo. Mi corazón pide a gritos que alguien se digne a ayudarme, que alguien me rescate de esta profunda oscuridad…


Me acostumbre a odiar lo que no puedo ver... Es más sencillo odiar a la vida que sufrirla.
¿Qué es lo que esperas de alguien como yo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un suspiro del alma... Solo eso te pido...