Actualización '16


"Paren el mundo, me quiero bajar."


Resulta que llevo desde casi siempre huyendo a la verdad, a la figura de mi misma, a la realidad que me rodea constantemente y no puedo evitar de por vida. Pero se supone que ya no más.

Este es mi blog personal, al cual nunca me atreví a dedicarle mucho trabajo. A medida que pasaban los años siempre fui subiendo historias que escribía. Sin embargo ahora le dedicaré mucha más atención y no sólo va a tratarse de mis cuentos sino que ocuparé el espacio para subir otros escritos y hasta quizá reseñas o compartir cultura y arte con los que deseen leer. 

Como primer paso haré una breve introducción a mi persona, colgando dos autobiografías que escribí en el transcurso de este año. No dicen absolutamente todo de mi, pero tienen un poco de todo. Y estoy abierta a recibir preguntas. Al comienzo del blog firmaba cono Jessica Black, mi primer seudónimo pero luego pasé a firmar como Sophie Black y puede que en algún momento dado termine aceptando mi nombre. La primer autobiografía está ambientada en el futuro. La segunda en la actualidad. Las fechas indican cuándo fueron escritas. Ojalá disfruten la lectura.



Sophie Caroline Black
19/04/2016

En Internet se pueden encontrar infinidad de cosas. Se puede buscar, incluso, su nombre: Sofía M. Diaz. La M es el comienzo de un segundo nombre que se desconoce. Al igual que la mitad de su historia. Detalle que se destaca entre los tintes de misterio en que suele rodearse y el mismo baile de la macarena. 

Sofía, del griego sabiduría, un nombre de reina. Ella comenzó contando historias desde que apenas tenía unos pocos años. Narró con detalles recuerdos de una vida pasada donde era una campesina, humilde e iletrada. Perseguida por un tornado pasó a la que ahora es su nueva vida. Sin poder dejar atrás pesadillas que a veces su tornan recurrentes. 

Se dice que nació un 15 de febrero de 1994. En Rosario, provincia de Santa Fe. Es del signo de Acuario, como varios escritores conocidos: James Joyce, Lewis Carroll, Julio Verne, Charles Dickens, Virgina Woolf y Conrado Nalé Roxlo. 

Su madre, Verónica, docente de grado y amante de la literatura, fue quién llevó a Sofía por el camino de las letras. Enseñándole a leer y escribir cuando la niña quiso aprender a una muy temprana edad. Fue su madre quien la rodeó de cuentos clásicos infantiles y luego la llevó a su primera feria del libro. Fue también quien le regaló el primer libro de la saga de Harry Potter, marcando un antes y un después en su vida. Con una dedicatoria que dice así: “Sofía: Para que disfrutes y viajes en el mundo maravillosos de las palabras… Con cariño, mamá.” Fue un hechizo. Desde ese entonces ella jamás abandonó el mundo de las palabras. 

Comenzó como lectora y se obsesionó con los libros. Sus bebes, los llama ahora. La literatura no le dio alas para que volara, tan alto como quisiera, sino que le recordó la existencia de las mismas, que siempre habían estado brillando en su espalda, a la espera que las notara por el rabillo de un ojo. 

Supo que quería ser escritora cuando, en primer grado, en un trabajo de plástica, la consigna era, en grupo, construir un libro. A ella le tocó escribir la historia. Ese fue momento decisivo, desde ese suceso que no dejó de escribir. A los catorce comenzó a asistir a talleres literarios, el más importante fue el de Alma Maritano. 

En la secundaria se enamoró de Cortázar, lo admiró por sus cuentos. También, en esa época, entró en el mundo de los foros de rol, creando allí infinidad de personajes e historias diferentes. Le gusta demasiado escribir, inventar, escapar de la realidad. Al igual que viajar. Por eso intentó con el turismo. Pero la balanza, como era de esperar, se inclinó siempre hacia la escritura. Publicó un número de libros de los que, muchas veces, se avergüenza al mencionar. 

En la actualidad se encuentra a la mitad de su vida, cuatro décadas que jamás se imaginó llegaría a alcanzar. Aún le queda mucho más por delante. Es amante de la soledad, pero nunca está verdaderamente sola. Se enamora de todas las personas, no se entrega a ninguna. Es un alma libre que jamás deja de soñar, de luchar, de cambiar y moverse sin parar. Sueña con un mundo que sólo existe en un imaginario colectivo, como el de una vieja canción de John Lennon. 

Hay que destacar que Sofía no es una sola, sino muchas personas, muchos nombres, muchas historias. Una vivió en Rosario. Otra estuvo en Buenos Aires, donde encontró el camino que tanto estaba buscando: escribiendo en una pequeña habitación, donde se podía dar un paso de la cama a la mesa y dos hasta llegar al armario que estaba junto a la puerta. En la pared una estantería donde nunca podría tener todos sus libros juntos. 

Ahora vaga por donde el viento la lleve y sigue escribiendo. Por las tardes o las madrugadas. Toma maté sola. Y, en ocasiones, con mucha suerte, consigue agradable compañía. Quizá alguna musa que decide pasarse a visitarla. Lo importante: jamás deja de escribir. Y creer en las hadas. Ella siempre, siempre, siempre cree en las hadas. ¿Quién es entonces esta Sofía? Oh, ella es un hada. Una traviesa hada con oficio de escritora. ¿Quién más puede ser que ella misma? Al menos eso es lo que se dice por la Internet…



10/08/2016 
La conocen como Sofía. Aunque cualquier nombre le puede ir.

Desde que tiene memoria creció en contacto con la literatura. Tiene una madre docente y lectora, una madre que le enseñó cómo usar las letras para formar palabras y con estas: infinidad de ideas. Una madre que le abrió las puertas al mundo de la literatura, cuando a los siete años le regaló su primer libro de la saga de Harry Potter. La misma que la apoyó en su sueño de convertirse en una escritora, ese que tiene desde los seis años y que vive en su interior desde ese entonces.

Sofía es una criatura nocturna, disfruta escribir cuando la oscuridad expande su reinado y las personas duermen ajenas a lo que ocurre. Es en esos momentos que la inspiración sale a jugar con ella. Juntas crean historias, que se convierten en cuentos. Fantasía, suspenso, invenciones en su cabeza cobran vida propia. En cuanto el silencio domina y lo único que se oye son sus dedos brincando sobre el teclado de la computadora.

Su infancia y adolescencia creció junto con Potter. Sin embargo, en la secundaria, Sofía leyó un cuento que la cautivó. Se enamoró del escritor. Por unos instantes deseó ser como Cortázar. Deseó ser un axolotl. Pero entonces descubrió que en realidad quería ser ella misma y conmover de igual forma que lo hacía aquel hombre a través de sus escritos. Hoy en día esa sigue siendo una de sus metas.

Esta joven detiene su mirada siempre que puede ante la vida que la rodea y en cuanto lo hace se congela. Descubrir los detalles ocultos entre sombras, esos que deben captarse con un vistazo profundo y detenido, hacer tal descubrimiento la paraliza. Sufre, se frustra, la domina una ansiedad indescriptible. No puede hacer la vista a un lado ante tanta violencia manchando el mundo. Tanta desigualdad, discriminación e injusticias por donde se mire. Eso quizá, actualmente, es uno de los mayores incentivos que la empujan a perderse dentro del placer de la lectura.

En este momento se encuentra leyendo el primer libro de la Canción de Hielo y Fuego: Juego de Tronos, de  George R. Martin. Disfruta de este la facilidad con que puede meterse dentro de la historia narrada. Al mismo tiempo que aplaude la invención de algunos personajes que se rebelan contra la época en que está ambientado el libro, ese mundo en que les ha tocado vivir. Esos son sus personajes favoritos, dentro del libro que sea, dentro del mundo que sea.

Sophie Black

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