3.- La esclavitud no se abolió, se cambio a ocho horas diarias.


Creí que iba a poder. Tenía la firmeza para hacerlo. La ayuda necesaria. Lo tenía todo. Pero no conté con sus interferencias. No supuse que me buscaría hasta dar conmigo. No creí que no pensaba dejarme ir tan fácilmente. Simplemente esperaba alejarme, huir como hacía siempre y dejarle en paz. Aún así él me lo impidió. Siguió hablándome, proponiendo de vernos, susurrando palabras tiernas a mi oído. Y todas mis barreras se derrumbaron. ¿Cómo iba a separarme de aquel hombre?  
Ahora podía despertar con una falsa tranquilidad instalada en mi interior. Sabía que volvería a verlo. Aunque aún tenía cierta inseguridad aferrada con garras a mi pecho. Nunca sería real un por siempre juntos. En cualquier momento él podía ponerle fin a todo aquello. Y el sufrimiento volvería, pero más profundo que nunca antes. Aún así parecía dispuesta a arriesgarlo con total de seguir a su lado.
No es nada difícil concentrarse en el trabajo. Simplemente de vez en cuando se me antoja ver la hora. A veces pasa rápido, a veces no. Aún así cuento los minutos que restan para volver a verlo. Intento no pensarlo, no necesitarlo en mi cabeza las cuarenta y ocho horas del día. Si, mis días son tan largos que parecieran tener el doble de horas que los días normales. Todo por su culpa. Más bien por la mía y de mis sentimientos. Pero es más fácil culpar a los demás que hacerse cargo de los problemas. Y por más responsable que sea de ellos, no puedo solucionarlos. Es demasiado triste…
Todo transcurre con normalidad. No puede decirse que bien o mal. Estaríamos en un punto neutro. El tiempo sin él es un completo martirio. Hasta que lo veo y puedo ser feliz por un momento. Son pequeñas dosis de su presencia lo que me mantienen en paz con la vida. Sin esa droga no podría con el día a día. Y volvería a vivir un completo infierno. No comprendo por qué dependo tanto de él, sin embargo tampoco puedo evitarlo. Debería de acostumbrarme, pero sé que llegará la hora de separarnos y quisiera poder dejarlo marcharse sin sufrir. Simplemente quisiera…
Podría, pero es imposible, tratar de tomarlo todo con menos seriedad. Como de seguro lo hace él. Si solo no estuviera tan involucrada sentimentalmente sería posible. Me detesto. No puedo odiarlo a él, no tiene la culpa. Me odio a mi misma por sentir tantas cosas, por hacerme sufrir, por ser una completa tonta. Quisiera dejar de ser una niña, corregir tantos errores. Pero es tan difícil. No puedo hacerlo, solo estoy segura de eso y de que lo amo. Ironías de la vida.  
Continúo siendo esclava de mis acciones. Yo fui a enamorarme de él. Pude haberle dicho que no, haberme ido con cualquier excusa tonta y haber evitado volver a conocerlo. De haber sabido que me volvería completamente loca por él, lo habría evitado a toda costa. Y me hubiera perdido de amar a una persona tan especial, de pasar momentos preciosos, noches hermosas junto al hombre de mi vida. Por que sí, ese hombre es el amor de mi vida. No hay nadie que pueda reemplazarlo. Se ha ganado el puesto por más que no lo quiera. Es decisión suya aceptarlo o no. Me rompe el corazón la mera idea de recibir un rechazo de su parte. Sufro porque estoy más que segura de que eso es lo que sucederá. No importa cuanto intente retrasarlo.
Cuando creí que ordenando las ideas podría ser todo mejor, me equivoqué rotundamente. Pues hice una limpieza de cerebro. Y sigo totalmente rendida ante esa persona. Es cuestión de un solo día sin verlo o tener señales de él, para que caiga en un profundo abismo. Aún así, si lo veo todos los días sigo siendo esclava de sus palabras, de su cuerpo, de todo su ser.
Ni siquiera puedo ser libre cuando intento alejarme. Siento las frías cadenas aferrando mi corazón, mis manos, mis piernas. Ejercen una fuerza increíble sobre mí, me hacen sufrir sin dejar marcas. El extremo de esas cadenas lo tiene él. Y ni cuenta se da de ello. Es un eterno sufrimiento, ligado a este amor que jamás será correspondido. 
Puedo soñar con falsas palabras de amor. Puedo embobarme ante sus pequeños actos de afecto. Y puedo ahogarme en un vaso de agua sin ver la verdad oculta. Supongo que es inútil esperar a que él me quiera como algo más que una mujer para pasar el rato. Solo son sueños que nunca formaran parte de la realidad. No puedo engañarme por siempre. 
Aunque disfrute de él, aceptando su compañía, sus caricias, sus sonrisas y palabras cargadas de algo incomprensiblemente sentimental. Todo es un simple y distorsionado reflejo de lo que en verdad deseo. Nunca llegaré a estar conforme con esto. Termino siendo esclava de mis propias pretensiones y de su aparente indecisión. No importa cuanto me esfuerce por formar parte de su vida. Soy patética y trabajo en vano. Jamás lograré cambiar las cosas. Creí que iba a conformarme, pero mi corazón egoísta pide más y más. Que alguien lo calle, por favor...    

1 comentario:

  1. Hola e leido atentamente y e llegado a la conclusion que por suerte solo son ocho horas de esclavitud diaria osea el resto de las dieciséis horas del dia puede estar haciendo otra cosa, la esclavitud de antes era la gornada hasta caer agotado, y ser remplazado por otro ser, cruel metodo si, pero mantenia la constante... el amor nunca deja de usar ese tipo de esclavitud de jornada completa hasta desfallecer y ser remplazado por otro ser que lo alimente, pero ojo hay amor y amor ¿? asi si un amor bueno corresponde y dice bueno ya se que no podes vivir sin mi descansa, que yo no voy a poder vivir sin vos si mueres por cansancio... y el otro amor el que no sé tiene o se tiene como humo entre los dedos ese dice mira que si te dormis me voy... sufreee sufreee yo lo valgo!! y tu eres especial tu puedes aguantar mas, que el que ya murio antes...
    ese amor es malo malo malo,
    como el yin y el yan todo tiene su dualidad buena y mala con un poco inverso en si, buenoo despues de desbarrancar un poco mucho...
    digo que me gusto esta lectura y otra que lei de tu autoria Jessica Black que lindo es leér con ganas y mas si atrapa la lectura :)
    un saludo

    ResponderEliminar

Un suspiro del alma... Solo eso te pido...