Valquiria. 1

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El aroma pestilente que expulsa el esmalte para uñas atrofia su respiración. Se encuentra en el otro extremo del sitio, pero su increíble olfato no puede contra tres frascos llenos de esa sustancia tan apestosa. Desde lejos puede distinguir los colores. Azul, verde y naranja, demasiado chillones y extravagantes para su gusto. Incluso, si se fija detenidamente, la chica está vestida con colores semejantes, una remera bastante ajustada, una pollera bastante corta… ¡Y lleva el cabello verde! Se obliga a desviar la atención porque teme marearse de las nauseas que le provoca mirar a aquella chiquilla. Niega con la cabeza pensando en lo que ha decaído la juventud de hoy en día.
Sin embargo no puede disfrutar tranquilamente de su té. Es algo bastante molesto. Así que opta por ponerse de pie y caminar hasta la mesa en la que se encuentra su problema.  Se aclara la garganta y prepara un pequeño discurso en el cual le pedirá amablemente si puede detenerse o marcharse. Aunque la sonrisa que le dirige la chica lo deja inmovilizado. ¿Por qué esa alegría tan natural?
-Te estaba esperando…
Él solo atisba a enarcar una ceja. Algo no termina de concordar con la historia. No comprende lo que está sucediendo. Es difícil ejercer movimientos cuando estás paralizado. Es complicado evitar un ataque cuando no puedes reaccionar. Tiene la mitad de las manos pintadas, y con ellas se aferra a sus hombros. Observa con ojos colosales cómo se eleva en puntitas de pies y desliza su pequeña y traviesa boca sobre sus labios.   
Una cálida lengua se introduce y comienza a juguetear con la suya. Parece ser experta en ello, comienza a volverlo loco. Entonces reacciona vorazmente y sosteniéndola por la cintura y la espalda la eleva para poder intensificar el beso. Sintiendo cómo cede ante la perdición…
Todo comienza con un pequeño sonido. Algo se ha rajado. Un pequeño agujero que desencadena una serie de problemas. El beso se interrumpe. El hombre gime adolorido. Con ambas manos en el estomago cae de rodillas. ¿Acaso sus ojos se vuelven carmesí? De su boca sale expulsado un coagulo de sangre que cae a los pies de la niña. Quien se relame los labios, un poco disgustada por haberse salpicado las preciosas zapatillas converse, pero encantada con el espectáculo. 
Entonces se coloca de cuclillas y deja una sutil marca de pintalabios en su frente. Luego toma un bonito recorte de cabello que guarda en su bolso, junto con sus demás cosas.  Vuelve a estar de pie y suelta un profundo bostezo. Su trabajo está hecho, así que se marcha. Su corazón late rebosante de alegría a medida que deja atrás a otra preciosa victima. Se encamina fuera del café mientras intenta planear una mejor muerte.
-Jamás me cansaré de este juego-canturrea a medida que danza por las calles de la ciudad.
Es una simple niña a la vista de todos los mortales. Es la peor pesadilla para todos los hombres. Sus ropajes se mueven, producto de una ráfaga de viento, y vuelve a estar vestida con un largo y bonito vestido de época. Ha recuperado estatura, un cabello lacio y más oscuro que la noche junto con sus bellas curvas. ¿Qué edad tiene? Ha perdido la cuenta, pero sabe mantenerse en perfecto estado. Encuentra un callejón y decide tomar un atajo. Se interna en una pequeña mancha de sombra y desaparece. Debe llegar pronto y cumplir con su siguiente trabajo. Ser una Valquiria conlleva responsabilidades...

Jessica Black

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